viernes, 8 de abril de 2011

Los hombres detrás de las cortinas


Mi gusto por el género documental es fuerte. En mi lista de producciones favoritas se encuentran, entre otros, Zeitgeist; Capitalismo: una historia de amor, de Michael Moore; Food.ink;  La descepción Obama; Más que un juego, sobre la vida deportiva de Lebron James, desde sus inicios hasta su éxito como estrella de la NBA.
Igualmente disfruto de otro tipo de documentales como Earth, Qué es lo que sabemos, que me parece un fenomenal vistazo desde la física cuántica a la vida tal cual la vivimos y las razones por las cuales es lo que es, y otros documentales, comerciales como los de Discovery Channel, o no tan comerciales, como Zeitgeist Adendum, el más reciente de la serie.
 

En Zeitgeist ocurre algo particular. Se supone que en un documental se muestra la realidad tal cual es. Pues resulta que en este tipo de materiales paradógicamente se exponen muchas de las cosas que no quisieramos que fueran verdad, o que fueran reales. Por eso, muchas fuentes de poder, en especial corporaciones e instituciones económicamente fuertes y con ideologías políticas muy marcadas, tildan estos documentales como absurdas conspiraciones, sin fundamento alguno. En lo personal, soy muy escéptico con todo tipo de material que cae en mis manos. Por eso, analizo críticamente cada documental antes de dar un juicio sobre éste debido a las mil interpretaciones que podemos llegar a tener en un momento, y a los cientos de cambios de opinión que podemos llegar a tener, por las circustancias que en determinados momentos ayuden a ello.

Visto desde lo técnico, además de lo netamente investigativo, este tipo de documentales tienen un gran trabajo de apoyo desde lo infográfico. Una buena cantidad de imágenes de respaldo, archivos y documentos oficiales, imágenes creadas o alteradas son utilizados en la construcción de la narrativa, lo que hace que el material no sólo sea un registro de un tema sino toda una experiencia desde lo auditivo, lo visual, lo psicológico y lo mental.

A pesar de que no doy por cierto lo que dice en documentales como Zeitgesit, la creencia de que las cosas planteadas omo verdaderas sin ninguna objeción me hace dudar más que cualquier supuesta teoría de desacreditación.



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